Lo que vi y no vi en Rock Al Parque

A pesar de tener ganas de ir más días, sólo terminé yendo a la decimoséptima versión de Rock Al Parque en su último día y, en últimas, vi tres bandas. En esta entrada recojo, entonces, lo poco que vi, y lo que me quedé con ganas de ver.

Retroceder nunca, rendirse jamás, X

A Damon Albarn lo deben conocer, más o menos, unas tres generaciones que han experimentado de forma diferente su música.

De la hoja en blanco y otros terrores

Aparentemente, esto de escribir de la nada es complicado, y tener el espacio en blanco, tanto en un papel como en una pantalla, termina por asustar a cualquiera.

¿Romper el silencio?

Volviendo a abrir este espacio, quiero dejar un cuento que, por pura casualidad, me ha servido a varios propósitos durante las últimas semanas. Además de permitirme retomar a Kafka, me pareció metafóricamente muy rico, y espero que lo disfruten de la misma manera.

Un cambio en los vientos

Se ha armado tremendo revuelo por el Grammy que le dieron como grabación del año a ‘The Suburbs’, de Arcade Fire y, realmente, no es para menos.

sábado, 9 de julio de 2011

Concierto de Kevin Johansen + The Nada en Bogotá

Por: Laura Bernardelli

Y no, no es una reseña del artista, ni de todos sus logros como músico, ni de sus conocidas amistades en el gremio; es simplemente, un comentario de un concierto que disfruté montones, no creo que eso sea una razón insuficiente para escribir algo. Pido disculpas desde ya por el abuso de comillas, pero me he dado cuenta que algunas cosas llegan a malinterpretarse si no las pongo.

Y bueno, quién lo diría, yo con arranques de “comentarista”. Pero vamos a ver cómo me funciona el ejercicio, siempre hay que aprovechar estas manifestaciones de hacer algo diferente, algo que en principio da un poco de miedo. Pero primero, y para empezar, tendría que agradecer a la gran cantidad de pasantías no pagas en las que mis amigos parecen ocupar todo su tiempo, especialmente a una: Javeriana Estéreo, gracias a esta famosa emisora universitaria, y a la ocupación que dio por un tiempo a un comunicador social en veremos, conocí la música de Kevin Johansen. Y tendría que agradecerle también a los programas de intercambio de estudiantes universitarios en Europa, aunque ahí sí son pocos los amigos que puedo decir que han disfrutado del viajecito y la experiencia, pero que si no fuera por uno de los que volvió no conocería al caricaturista argentino Liniers.

Soy mala para los aniversarios, pero creo que fue en el 2008 cuando mi querido amigo comunicador, en ese afán que tenemos de compartir nuestros “descubrimientos on-line”, me envío el link del vídeo de la canción “Logo” de Kevin Johansen, y desde ese momento, he encontrado en su música frases, ritmos e historias que no lo logro sacar de mi cabeza (de esas cosas que simplemente me ponen de buen humor). Pero bueno, la verdadera razón detrás de esta colaboración (seré arrogante) es el concierto de este personaje en Bogotá el pasado miércoles 6 de julio en el Auditorio Julio Mario Santodomingo. No voy a hacer un resumen de las canciones (pero igual copiaré el setlist al final, tranquilos), como narrando el concierto porque no lo viví así, no fueron dos horas de estar sentada esperando que el artista terminara su repertorio. De hecho, quise hacer esto porque el concierto logró que, en unos breves momentos de un miércoles cualquiera, se condensaran dos cosas que han significado mucho para mí estos últimos seis meses: Las caricaturas de Liniers (que dicho sea de paso, estoy segura que escucha o lee mis conversaciones algunos días porque siempre logra resumir en unos recuadritos lo que pasa por mi cabeza), al que considero mi “psicoanalista de cabecera” y las letras de canciones del desgenerado, que no pertenecen a ninguna definición rigurosa de género musical, porque el término acuñado últimamente de: “música fusión”, es de esas cosas que me ponen de muy mal humor (pensando en un muchacho que ha sido recordado en otro post de este blog).

Ahora sí, el “highlight” del concierto fue “Charango Sensation”, cuando Johansen (y no sé por qué me refiero a él por el apellido, a Woody Allen le digo Woody) y otro de los chicos de la banda empiezan a tocar “Hotel California” y en la pantalla gigante detrás de los artistas, aparece el señor Liniers. Para los que conocen algo de Liniers, saben que él acostumbra hacer sesiones de caricatura mientras algunos de sus amigos músicos (Johansen, Drexler, Aristimuño) improvisan, y él se dedica a contar la historia de la canción con los dibujitos, o dibujan entre todos. Pues bien, pasó lo primero. Lo curioso es que yo creo que más de la mitad del auditorio pensaba que era una grabación, hasta que pasaron a la segunda canción (“Take on Me”), y esta vez Liniers lo que hizo fue bailar al lado de un televisor mientras pasaban el partido de Colombia – Argentina y se podía ver la cara de histeria que tenía el “Bolillo” Gómez (En ese momento pensé que íbamos perdiendo). Johansen parecía sorprendido, pero siguió cantando y le preguntó por el partido: “¿Estamos todos contentos todavía?”, a lo que Liniers contestó: “Tranquilos que vamos empatados cero-cero.” La segunda intervención de Liniers se dio con la canción “Daisy”, que habla sobre un transgenerista que conoció Johansen en una marcha en Nueva York (él contó la historia). Historia que es un claro ejemplo de la variedad de temas que son protagonistas en sus canciones. Y esto lo digo porque, no sé por qué con cualquier presentación musical que hay en le país empiezan las comparaciones y las críticas llenas de listados con las “evidentes influencias” de X músico; un ejercicio inútil si me preguntan, pero con el concierto de Johansen es mucho más ridículo llevarlo a cabo, porque como dije antes, es un desgenerado (así, sin comillas). La magia de su música radica, para mí, en una envidiable capacidad de ver lo que sirve de cada cosa que escucha y que conoce, y ser capaz de apropiarse de ello para contar sus historias. Historias, además, igual de diferentes a los ritmos usados en las canciones: el romance, la protesta y el humor se unen con la cumbia, el tango, el son.

Bueno, ahora que me pongo a leer todo lo que escribí, me doy cuenta que no tiene ni pies ni cabeza, pero pues, así fue el concierto: sin pies ni cabeza.

PD: El blog tiene dueño, y seguiré su tradición con los temas musicales que acompañan los escritos.

Escuchando: Kevin Johansen (no es azar). El círculo (culpa del aleatorio).

jueves, 7 de julio de 2011

'Una historia vive únicamente cuando hay personas dispuestas a oírla'

- After all this time?
- Always.

Advierto, de entrada. Este post está escrito por uno de los fanáticos más obsesivos y descocados de Harry Potter que conozco: yo. Y está dirigida, sobre todo, a personas que compartan esta afición que, en mi vida, ha significado páginas y páginas, lanzamientos, estrenos, cafés y cervezas de mantequilla, incontables amigos – presentes y ausentes – y una historia que, con seguridad, conservaré hasta el día en que se la pueda contar a mis hijos, añadiendo un paquete de siete libros, cada uno de distinto color.

En realidad no tenía pensado escribir nada de esto, ni siquiera por el estreno de la película de la próxima semana, el último. Iba a ir, por supuesto, e iba a repetirme varias veces la película y a comentarla. Pero, hasta esta mañana, en ningún momento me pasó por la cabeza ponerme frente a una hoja a contar lo que, desde hace diez años, estos libros han significado para mí y para otras personas que sé que comparten lo que sigue.

Lo que me hizo cambiar de opinión fue algo completamente fortuito. Esta mañana, como cualquier otra, estaba trabajando y entré a buscar un video a Youtube. Para mi sorpresa, había un vínculo que decía ‘Watch live coverage of Harry Potter’s premiere in London’. (O algo así. No recuerdo con exactitud). El caso es que no sabía que hoy fuera la premiere inglesa de la película, que se exhibió en algunos cines y tuvo su evento central en Trafalgar Square.

En Trafalgar Square, precisamente, unas tres mil personas llevaban acampando entre tres y cinco días, aguantando sol y lluvia – literalmente – para estar ahí. Simplemente, estar ahí cuando, con la premier, empezara el desfile de actores, productores y, claro, de J.K. Rowling. Si yo hubiera estado en Londres, habría estado acampando, sin duda.

Quien haya estado hoy pendiente de Twitter, entenderá el frenesí que causó todo el evento. La llegada de invitados se cerró con unos veinte minutos de discursos que fueron creciendo en emotividad, y que, para el momento en el que Rowling habló, ya tenía a todo el mundo con los ojos bien aguados.



La conexión que tienen estos libros con mi vida me parece sorprendente. La primera vez que los leí fue en libros ajenos, de un niño que acababa de entrar a mi colegio y me los prestó. Curiosamente, ese niño ahora parece más mi hermano que otra cosa. No puedo dejar de pensar que una cosa y la otra sean simple casualidad. La cantidad de personas que he encontrado a través de Potter se amplía y se amplía, y les quiero decir una cosa.



Como Radcliffe y Rowling dijeron, la historia está en nosotros, más que en papel o celuloide. Y no creo que sea una cosa de quedar bien frente a un público: en realidad, el alcance que ha tenido se debe a que personas como nosotros le dimos tanta importancia. Los que leímos los libros compulsivamente, los que habiendo leído el primer libro a los diez años dormimos intranquilos la noche antes del onceavo cumpleaños, o los que sabemos diferenciar un boggart de un dementor.

Y es algo en lo que hemos crecido, en lo que hemos echado raíces y nos hemos encontrado. Además de una historia muy bien contada, Rowling nos dio muchas piezas que fuimos encajando a nuestro antojo, con las que nos identificamos y nos conectamos en diferentes momentos, y de diferentes maneras a lo largo de nuestras vidas.

A todas estas personas les doy gracias. A los que salen con túnica a la calle. A los que, más reservados, guardan escobas voladoras en sus armarios. A quienes, carentes de tanta indumentaria, comparten todo lo que ha significado Harry Potter en más de diez años. ‘And to You, if you have stuck with Harry until the very end’.

martes, 5 de julio de 2011

Lo que vi y no vi en Rock Al Parque

A pesar de tener ganas de ir más días, sólo terminé yendo a la decimoséptima versión de Rock Al Parque en su último día y, en últimas, vi tres bandas. En esta entrada recojo, entonces, lo poco que vi, y lo que me quedé con ganas de ver.

Lo que sí vi

1. Fischerspooner: ‘What this show is about… is a show’
Empiezo por lo que más me gustó. El espectáculo que montó el dúo neoyorquino me pareció muy sugerente y lleno de propuestas artísticas que van más allá de lo musical: video, baile y un sentido performativo que se complementó con buena parte del último disco de la banda, Entertainment.

El vestuario de Casey Spooner estuvo increíble, además. Multitud de sombreros, plumas, sombrillas y mucho plateado acompañaron a este tipo que, gracias a la breve investigación hecha para escribir esto, me entero que estudió en el Art Institute of Chicago, en donde terminó conociendo a Warren Fischer y fundaron la banda.

Desde la presentación que hicieron en el 2007 tenía ganas de verlos y, en realidad, ahora quedo con más ganas. El miércoles se presentan en un espacio más pequeño, y vamos a ver si voy. Por ahora, dejo para descarga este último álbum, que salió hace ya dos años.

Lo pueden bajar aquí.



2. Bomba Estéreo
A esta gente se le nota mucho la experiencia que han ganado en los últimos años. Han tocado en muchos países y en festivales grandísimos, como Coachella. Y esa experiencia encima de una tarima, como lo mostró su presentación ayer, cuenta bastante.

La fuerza en la voz y en toda la energía de Li Saumet fue lo que más me gustó, realmente. Después de subir unas diez personas al escenario a bailar, el grupo tocó y tocó hasta que dejó a todo el público bien caliente – y eso que, durante toda la tarde, el sol había estado terrible. Me encantó, además, que a la pregunta de ‘a quién le gusta la champeta’ tanta gente gritara y saltara, y muchachos vestidos de negro y de pelo largo trataran de moverse, de forma un poco torpe, al ritmo de los tambores. En mi opinión, es una demostración de la apertura de nuevos espacios para nuevos sonidos. Sobre esto volveré más adelante.

Les dejo un EP que lanzaron. Descárguenlo aquí.



3. Bhang
Terminamos yendo a Bhang por llegar tarde a ver Astro, y nos quedamos porque el ambiente nos gustó. La banda suena bien, pero la voz no me cuadró del todo. Reconozco que no los he oído mucho, pero sí puedo decir que suenan bien en vivo. Les hace falta, eso sí, ingeniarse una forma para animar más al público que tienen en frente.

Tarea para mí: oírlos un poco más, a ver qué encuentro.

Lo que quería ver y no vi

Voy a hacer una lista rápida, acompañando cada banda con una excusa pobre para justificarme. Como verán, las excusas son bien flojas y se basan, sobre todo, en que mis amigos y yo somos en exceso perezosos:

- BLK JKS: Cuando salió el cartel del festival, me puse a revisar las bandas que no conocía, y esta fue una de las que más me gustó, de lejos. Una banda sudafricana con un sonido que se me hace innovador y con mucha fuerza. ¿Por qué no fui? Y… Estábamos cerca, tomando cerveza y no queríamos llegar tan temprano.

- Descartes a Kant: Igualmente, al ver el cartel fue una banda que me gustó de inmediato. Me gustan las bandas gritonas, y esta me pareció particularmente agradable. ¿Por qué no fui? Porque no encontré con quién, y no tenía ganas de irme solo un domingo por la noche.

- Polikarpa y sus viciosas: Esta sí la conocía de antes, y siempre me gustó su crudeza y su estilo. De las cosas que de verdad me han gustado del punk, y sobre todo del punk colombiano, son estas tres señoritas acabando con el mundo, una canción a la vez. ¿Por qué no fui? Por la misma razón de la banda anterior.

- Astro: Esta banda chilena también fue un descubrimiento gracias a que el festival la haya traído. Me agradó mucho la combinación de sonidos y siento que pueden tener un muy buen futuro. ¿Por qué no fui? Nos cogió la tarde tomando cerveza.

- De Juepuchas: Estos señores son, posiblemente, el proyecto musical colombiano que más me ha gustado en mucho tiempo. Los sigo y los escucho constantemente pero, curiosamente, nunca los he visto en vivo. Quería verlos, en serio. ¿Por qué no fui? Porque los pusieron a la misma hora de Bomba Estéreo.

En suma, aunque breve, este fue un buen Rock Al Parque para mí. Sobre todo, me parece muy apropiado que abran el festival a propuestas que antiguamente no encajaban en la propuesta, excesivamente centrada en el rock, un género cada vez más difícil de definir. Ante tantos comentarios adversos y tanto purismo, me parece que se demostró que hay audiencias que traspasan ritmos y géneros, y quieren ser parte de nuevos espacios en donde más sonidos y más personas quepan sin problemas.

Se escucha (amañadamente, por supuesto): Happy - Fischerspooner

sábado, 4 de junio de 2011

Retroceder nunca, rendirse jamás, X

EDIT: El post fue removido desde el servidor del blog, por quejas sobre derechos de autor. Voy a resubir el cidí a otro servidor a ver si queda disponible de nuevo.

Por fin me siento a terminar una lista que inicié hace más de cuatro meses. Al parecer no era tanto una cuestión de tiempo, porque en este momento ando con bastantes cosas por hacer. Parece, por el contrario, que era una cuestión de disposición más que otra cosa. Sin más preámbulo, les dejo el álbum que, en mi opinión, fue lo mejor que se grabó durante el año pasado.

A Damon Albarn lo deben conocer, más o menos, unas tres generaciones que han experimentado de forma diferente su música. Quienes crecieron al iniciar los noventa y escuchaban Blur, vieron en él a uno de los representantes del nuevo Britpop, en medio del conflicto mediático que se armó entre su banda y la de los hermanos Gallagher. Quienes, unos años más tarde, estaban creciendo con el cambio de siglo, conocieron – o conocimos, mejor – a Gorillaz.

Cuando empecé a escuchar Gorillaz, alrededor del 2001 o 2002, fue difícil clasificarlo. En principio, no había mucha identificación con Blur, que también estaba empezando a escuchar por esa época. Y, en general, era difícil decir ‘Gorillaz se parece a esto o aquello’. Pensando en eso, creo que es una de sus grandes virtudes: la definición de un estilo musical más o menos propio y, en ese sentido, independiente.

Casi diez años después, cuando yo ya me había convertido en un fanático de rigor, llegó a mis oídos ‘Plastic Beach’. Curiosamente, me puse sobre la pista del disco al ver el video de ‘Stylo’, que me encantó desde que vi a Bruce Willis. Y es curioso porque yo no sigo mucho las videografías de las bandas que me gustan, y voy descubriendo poco a poco sus videos.

Cuando escuché todo el álbum me pareció simplemente brillante. Las diferentes colaboraciones – Snoop Dogg, Little Dragon, Lou, Reed, etc. – se acoplaban muy bien y, aunque en cada canción se encontraban elementos bien diferentes, la sensación al final era simplemente inmejorable.

Por todo eso lo dejo como el mejor del año pasado, y una de las mejores cosas que he escuchado. Además, porque me parece que refleja el crecimiento de Albarn como músico y como persona. (Al respecto, diríjanse al final del post).

Plastic Beach – Gorillaz (2010). Descárguenlo aquí.



A propósito de la transformación del Britpop, vi un documental al respecto, llamado ‘Live Forever: The Rise and Fall of Britpop’. Acá dejo un pedazo en donde Albarn habla un poco al respecto. Si sienten que falta mucho contexto, véanlo completo.

martes, 17 de mayo de 2011

De la hoja en blanco y otros terrores

La idea de hoy es perturbadoramente corta, y dice así. Yo, que soy un escritor amateur – y bien amateur – me siento frente a una hoja en blanco y quedo frío. Aparentemente, esto de escribir de la nada es complicado, y tener el espacio en blanco, tanto en un papel como en una pantalla, termina por asustar a cualquiera. Y digo cualquiera porque creo que hasta a quienes escriben regularmente (o más regularmente que yo, por lo menos) les pasa lo mismo.

Sin embargo, escribir me resulta increíblemente placentero, sobre todo si lo hago con tinta y papel. Siendo así, y aunque sé que esto no lo lee prácticamente nadie, me comprometo a escribir más regularmente, sobre lo que sea. Aplican condiciones y restricciones, a saber:

Primero, escribir sobre ‘lo que sea’ debe matizarse, por supuesto. Para leer boberías está buena parte del Internet, y buena parte de la prensa, dicho sea de paso. Eso no significa que pretenda dedicarme a asuntos de enorme importancia o a debates de proporciones grotescas. Sobre la marcha, espero, me iré afinando en esto.

Segundo, voy a ver si logro quitarme las taras que tengo en la cabeza, que sólo me dejan escribir de una manera. Con creciente espanto me he dado cuenta que sólo puedo estructurar palabras de una forma: me posee el ‘rigor del ensayo’, por darle un nombre a la castración de cualquier narrativa que busque algo más que explicar, analizar o criticar algo bajo las reglas de la academia. Me da espanto porque, precisamente, me asusta que cualquiera de mis escritos signifique, inmediatamente, aburrimiento.

(Tal vez exagero, y hay quienes disfruten de alguna forma leer lo que he escrito hasta ahora, pero creo que esos casos son de gente que sufre de mi mismo mal.)

Eso era. Este fue mi primer intento de un cuentito de terror.

Se escucha: Voices in Quartz - Cut Copy.

domingo, 27 de febrero de 2011

¿Romper el silencio?

Volviendo a abrir este espacio, quiero dejar un cuento que, por pura casualidad, me ha servido a varios propósitos durante las últimas semanas. Además de permitirme retomar a Kafka, me pareció metafóricamente muy rico, y espero que lo disfruten de la misma manera. O a su manera. O como quieran, pero léanlo.

***

El silencio de las sirenas
Franz Kafka

Existen métodos insuficientes, casi pueriles, que también pueden servir para la salvación. He aquí la prueba:

Para protegerse del canto de las sirenas, Ulises tapó sus oídos con cera y se hizo encadenar al mástil de la nave. Aunque todo el mundo sabía que este recurso era ineficaz, muchos navegantes podían haber hecho lo mismo, excepto aquellos que eran atraídos por las sirenas ya desde lejos. El canto de las sirenas lo traspasaba todo, la pasión de los seducidos habría hecho saltar prisiones más fuertes que mástiles y cadenas. Ulises no pensó en eso, si bien quizá alguna vez, algo había llegado a sus oídos. Se confió por completo en aquel puñado de cera y en el manojo de cadenas. Contento con sus pequeñas estratagemas, navegó en pos de las sirenas con alegría inocente.

Sin embargo, las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto: su silencio. No sucedió en realidad, pero es probable que alguien se hubiera salvado alguna vez de sus cantos, aunque nunca de su silencio. Ningún sentimiento terreno puede equipararse a la vanidad de haberlas vencido mediante las propias fuerzas.

En efecto, las terribles seductoras no cantaron cuando pasó Ulises; tal vez porque creyeron que a aquel enemigo sólo podía herirlo el silencio, tal vez porque el espectáculo de felicidad en el rostro de Ulises, quien sólo pensaba en ceras y cadenas, les hizo olvidar toda canción.

Ulises (para expresarlo de alguna manera) no oyó el silencio. Estaba convencido de que ellas cantaban y que sólo él estaba a salvo. Fugazmente, vio primero las curvas de sus cuellos, la respiración profunda, los ojos llenos de lágrimas, los labios entreabiertos. Creía que todo era parte de la melodía que fluía sorda en torno de él. El espectáculo comenzó a desvanecerse pronto; las sirenas se esfumaron de su horizonte personal, y precisamente cuando se hallaba más próximo, ya no supo más acerca de ellas.

Y ellas, más hermosas que nunca, se estiraban, se contoneaban. Desplegaban sus húmedas cabelleras al viento, abrían sus garras acariciando la roca. Ya no pretendían seducir, tan sólo querían atrapar por un momento más el fulgor de los grandes ojos de Ulises.

Si las sirenas hubieran tenido conciencia, habrían desaparecido aquel día. Pero ellas permanecieron y Ulises escapó.

La tradición añade un comentario a la historia. Se dice que Ulises era tan astuto, tan ladino, que incluso los dioses del destino eran incapaces de penetrar en su fuero interno. Por más que esto sea inconcebible para la mente humana, tal vez Ulises supo del silencio de las sirenas y tan sólo representó tamaña farsa para ellas y para los dioses, en cierta manera a modo de escudo.

lunes, 14 de febrero de 2011

Un cambio en los vientos

Se ha armado tremendo revuelo por el Grammy que le dieron como grabación del año a ‘The Suburbs’, de Arcade Fire y, realmente, no es para menos. Arcade Fire ha logrado convertirse en una propuesta musical muy completa y muy rica en sonidos. Desde su primer disco de larga duración, hace casi siete años, se les ha notado el trabajo y, personalmente, estoy muy contento de que se hayan posicionado en una categoría como los Grammy.

Podrán decir que los premios son únicamente una vitrina de la industria musical para promocionar discos e incentivar las ventas de los artistas pop, en el sentido amplio de la palabra. Y probablemente esto sea cierto, pero no por eso hay que desconocer que es un espacio importante para que una banda se dé a conocer, y para lograr que su música llegue a más personas. Sí, seguramente eso significará que vendan más, pero eso no me parece malo en sí.

Lo que sí me parece reprochable es que bandas que habían venido consolidando un sonido propio, al lograr reconocimiento comercial hagan una música más ‘digerible’ o aceptable a ciertas necesidades estrictamente comerciales. Este ha sido el caso de Muse, evidentemente, y yo creo que le empezó a pasar a Placebo después de su último disco. Y da tristeza, o rencor incluso, que esto que llaman ‘industria musical’ vaya diluyendo propuestas tan ricas en significado.

Mi objetivo no es hacer una diatriba contra la industria. Además de inútil, sería poco coherente, pues en esta época en que vivimos es imposible que no consumamos cultura en el sentido más perturbador del término. Como tantas otras cosas, la música y el arte en general se han convertido en mercancías, pero yo quisiera ver algo más de contenido en unas cosas que en otras.

Y creo que por eso es que me gusta tanto Arcade Fire. Porque desde la primera vez que los oí, hace unos cuatro años más bien largos, les sentí autenticidad, fuerza y compromiso en las canciones. Y, hasta ahora, no me he sentido defraudado por la música que han continuado haciendo, que definitivamente es – y me siento obligado a exagerar con la redundancia – una música musicalmente muy musical.

Creo que lo que pasó anoche, más que significar una transformación en la forma como se entiende y se vende la música, es una pequeña declaración. Es una manifestación de que, a pesar de lo ahogante y repetitivo que puede ser el sistema, hay muchos grupos – no sólo Arcade Fire, obviamente – que a través de un trabajo que ha sido continuo y coherente, han ido abriendo espacios para nuevas cosas: nuevas músicas y nuevas formas de entendernos.

El tono del post es inusualmente optimista, lo sé. Pero ando contento, ¿qué más hago?

Se escucha (a todo volumen): Neighborhood #3 (Power Out) – Arcade Fire

PS. Si tengo tiempo, en un rato subo el 'Funeral', que no fue álbum del año, pero ha sido álbum de la vida.

domingo, 23 de enero de 2011

Los diez del diez, parte IX

Vamos llegando al final, a ver si por fin salimos de esta lista. Blonde Redhead me gustó desde la primera canción que oí, de su segundo álbum '23'. A finales del año pasado descubrí, más por una casualidad que por otra cosa, su nuevo lanzamiento, 'Penny Sparkle', que continúa en la línea planteada por sus anteriores discos: canciones muy emocionales, una voz que me resulta embriagadora y una gran calidad musical.

Les dejo, entonces, este álbum de una banda verdaderamente internacional: con una cantante japonesa, dos músicos italianos y toda la calidad neoyorquina, espero que lo disfruten.

Aquí lo pueden descargar.



Tracklist

1- Here Sometimes (4:43)
2- Not Getting There (2:46)
3- Will There Be Stars (4:27)
4- My Plants Are Dead (4:18)
5- Love or Prison (6:13)
6- Oslo (3:54)
7- Penny Sparkle (4:34)
8- Everything Is Wrong (2:49)
9- Black Guitar (5:20)
10- Spain (4:56)

sábado, 22 de enero de 2011

Los diez del diez, parte VIII

El cuarto álbum de la banda inglesa Hot Chip también salió durante el año pasado. ‘One Life Stand’ se convirtió en uno de los más representativos álbumes de la corriente de rock alternativo proveniente del Reino Unido, y posicionó a la banda como uno de los principales representantes de esta nueva ola.

El álbum es mucho más melódico que sus predecesores y, sobre todo, las letras tienen un contenido mucho más emocional. Desde el título de la grabación se empiezan a entrever los principales elementos que, poco a poco, van mostrando una nueva etapa del quinteto de Londres. Canciones como ‘Thieves In The Night’ o ‘Hand Me Down Your Love’ permiten entender un nuevo enfoque del contenido de su música.

Uno de mis grandes favoritos del año pasado, que además me recuerda el chasco de perderme el concierto que dieron en Bogotá. En otra ocasión será. Bajen el álbum aquí y escúchenlo con mucha calma.



Tracklist

- Thieves In The Night (6:09)
- Hand Me Down Your Love (4:33)
- I Feel Better (4:41)
- One Life Stand (5:23)
- Brothers (4:21)
- Slush (6:29)
- Alley Cats (5:21)
- We Have Love (4:28)
- Keep Quiet (4:02)
- Take It In (4:10)

Tendrán que perdonarme por el frenesí de posts, pero quiero zanjar este asunto que dejé pendiente desde hace semanas y seguir con las novedades que nos ha traído el nuevo año.

Los diez del diez, parte VII

Árabes e israelíes por lo general no congenian muy bien. Sin embargo, en Quebec se ha venido demostrando una excepción a esta regla. Chromeo es un dúo que combina el electro con un funk muy movidito, inevitablemente bailable, que se combina con propuestas gráficas bastante buenas.

Su tercer disco, Business Casual, permite ver cómo la banda ha venido mejorando tanto en lo musical como en lo visual. El cidí tiene muchísima fuerza, los sencillos han sido inmejorables y han salido con videos de gran calidad. Después de haber usado su música con gran éxito en una fiesta hace algunos días, sin duda están recomendadísimos para escuchar.

Que lo disfruten y que lo bajen aquí.



Tracklist

- Hot Mess (3:44)
- I'm Not Contagious (3:39)
- Night by Night (3:47)
- Don't Turn the Lights On (4:33)
- You Make It Rough (7:18)
- When the Night Falls (3:45)
- Don't Walk Away (3:31)
- J'ai claqué la porte (2 :26)
- The Right Type (3:54)
- Grow Up (3:04)

Los diez del diez, parte VI

Spoon fue uno de mis gratos descubrimientos del año. Cuando oí Transference, el cidí que dejo hoy para descarga, pensé que era bastante buen debut para una banda: muy completo, muy coherente y con una propuesta dinámica y con bastante contenido propio. Cuando investigué sobre la banda, me di cuenta de mi error: Transference no es su debut. Es el séptimo álbum de estudio del grupo de Austin, Texas.

Que sean de Austin me gustó aún más, porque entre mis proyectos a mediano plazo está irme para allá. Pero bueno, eso será otro tema. Por ahora, disfruten.

Aquí lo pueden descargar
.



Tracklist

- Before Destruction (3:17)
- Is Love Forever? (2:07)
- The Mystery Zone (4:59)
- Who Makes Your Money (3:44)
- Written in Reverse (4:18)
- I Saw the Light (5:32)
- Trouble Comes Running (3:05)
- Goodnight Laura (2:28)
- Out Go the Lights (4:36)
- Got Nuffin (3:58)
- Nobody Gets Me But You (4:56)

martes, 4 de enero de 2011

Los diez del diez, parte V

Escribir por estos días se complica. El ambiente de los primeros días del año parece inhibir cualquier actividad, y continuar con los posts no ha sido una excepción. Cuando entré al blog hace un momento, sin embargo, ví con curiosidad que habían 911 visitas, y eso tenía que significar algo, así que en un post de late-music-monday, continúo con lo que venía haciendo desde el final del año pasado y, de paso, actualizo un nuevo video para esta semana.

A diferencia de los posts anteriores, dedicados a discos de bandas consolidadas que regresaron con fuerza durante el año pasado, este álbum es el debut de la banda irlandesa Two Door Cinema Club, que me ha gustado bastante y que, en mi opinión, tiene una propuesta coherente y bastante agradable al oído.

Dentro del torrente de nuevos sonidos que están llegando del Reino Unido, esta banda se ha destacado y ha sentado un buen precedente para nuevos lanzamientos en el futuro. Por ahora, descarguen aquí el álbum y disfrútenlo.



Tracklist

1- Cigarettes In the Theatre (3:34)
2- Come Back Home (3:24)
3- Do You Want It All? (3:30)
4- This Is the Life (3:31)
5- Something Good Can Work (2:45)
6- I Can Talk (2:58)
7- Undercover Martyn (2:48)
8- What You Know (3:12)
9- Eat That Up, It's Good for You (3:45)
10- You're Not Stubborn (3:11)

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More